Pasé la mayor parte de mi infancia sentada en mi casa, sola, porque mis viejos no me dejaban salir a la calle ni tenían tiempo para llevarme a jugar con amigos. Y a la vez encerrada en mí misma porque de alguna manera crecí llena de complejos, pudores, trabas, miedos. A veces siento que estoy al margen de todo, que soy un personaje secundario de mi propia historia. Trato de mirar para adelante y pensar en que al fin tengo la libertad de cambiar las cosas, pero cuesta..